Un nido de memes: Facebook y la decadencia de su engagement
Una de las cosas que se suelen acabar sacando en la conversación cuando se encuentran unas cuantas personas que trabajen haciendo marketing en redes sociales y que tengan entre sus responsabilidades la de gestionar el Facebook de alguna marca o empresa (o de varias) es lo frustrados que se sienten a la hora de conectar con las audiencias. Puede que estén publicando muchísimas cosas en Facebook, puede que sean muy relevantes o muy interesantes, puede que hayan hecho un gran estudio para comprender qué es lo que sus seguidores podrían querer… A pesar de todo ello, el número de fans de su página no sube (o lo hace a duras penas) y el alcance de sus contenidos no es tan elevado como esperaban.
Un nido de memes
Todo ello está haciendo no solo que la situación para quienes gestionan páginas de marca o de empresa sea cada vez más complicada sino también que las cosas se estén inclinando hacia cierto tipo de contenidos. ¿Se está convirtiendo Facebook en un nido de memes? ¿Está todo el mundo compartiendo chistes y contenidos divertidos y banales simplemente porque es lo que funciona? ¿Vamos a empezar a ver vídeos de recetas en toda página habida y por haber únicamente porque parece que los consumidores están respondiendo de pronto a ellos?
En cierto modo, se puede tener la sensación de que Facebook se está convirtiendo en un recopilatorio únicamente de esas cosas graciosas que parecen gustar a todo el mundo. Muchos medios, por ejemplo, han empezado a publicar en sus perfiles ciertos tipos de contenidos que generan casi seguro sorpresa o risas, porque saben que los usuarios harán clic y también que tendrán engagement. Algunas marcas han caído también en la trampa de publicar simplemente cosas divertidas para lograr así saltarse la barrera del algoritmo y conseguir engagement gracias a la primera buena reacción de sus receptores originales. Si ellos lo ven con buenos ojos, responderán de forma positiva y el contenido llegará más lejos.